La Venta Directa constituye un dinámico canal de distribución, cuyo desarrollo ha contribuido al fortalecimiento de las economías de los diferentes países en los que se desarrolla, mediante la comercialización de productos y servicios directamente a los consumidores.
Actualmente, un gran número de productos son manejados bajo el sistema de Venta Directa (cosméticos, perfumería, artículos de tocador y de higiene personal, enseres domésticos, artículos para el hogar y decorativos, productos de limpieza para el hogar, suplementos alimenticios, ropa, joyería, accesorios de moda, calzado) pero todos bajo un común denominador:
“La comercialización de bienes de consumo y servicios directamente a los consumidores, mediante el contacto personal de un agente de comisión o mediador mercantil independiente, generalmente en sus hogares, en el domicilio de otros, en su lugar de trabajo, fuera de un local comercial”.
La Venta Directa no debe confundirse con términos como “Comercialización a Distancia” que se pueden definir como sistemas que utilizan uno o más medios (correo, televisión, radio, teléfono, internet, etc.) para lograr la respuesta del consumidor ya sea por el mismo medio u otro diferente. En estos casos los términos de la transacción comercial se establecen en un contrato negociado sin la presencia física de las partes contratantes.
Aunque algunas empresas de Venta Directa utilizan como apoyo técnicas de comercialización a distancia y nueva tecnología para mejorar su negocio, la diferencia principal con otros métodos de comercialización es que no se pierde la relación “personal” que siempre constituye un aspecto de la relación en la Venta Directa.
La Venta Directa se encuadra en los lineamientos establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM 035 SCFI 2003 Prácticas Comerciales-Criterios de Información para los Sistemas de Ventas a Domicilio.